CHATBOTS
Cuando hablamos de robots nos viene a la mente esas máquinas de aspecto humano metálicos con ansias de exterminar a a raza humana y con una inteligencia que supera toda lógica, aunque aún falte para llegar ahí ya estamos viendo sus primeros esbozos y ya desde más tiempo atrás nos codeábamos con su inteligencia más primitiva. A veces ni siquiera nos dábamos cuenta de con lo que hablábamos era un bot y es que esto, sencillamente, es un programa para ordenadores. Su utilidad es bien sencilla pero su integración aporta un valor muy añadido si lo incluimos en nuestra empresa.
Y es que los chatbots nos permiten interactuar con una inteligencia artificial muy básica para preguntarle lo que necesitemos. Estos (gracias a unas pautas) nos responderán para resolver nuestras dudas según vaya avanzando la conversación y aprenderán de ella para mejorar la interacción con nosotros en un futuro.
Cortana y Siri son las matriarcas de un sistema que nos ayuda mediante la voz a resolver nuestros problemas. Los chatbots vendrían a ser como los soldados de estas que hacen lo mismo pero por escrito.
Todo esto está muy bien, muy futurista y tal pero ¿Qué ventajas nos ofrece incluir un bot de conversación en nuestra empresa? Una sola palabra RAPIDEZ.
En una época donde la sociedad no para quieta y desea mucho pero lo quiere sin grandes complicaciones, allanarles el camino para conseguirlo les alegrará y ello nos beneficiará. El ser humano es un animal que le gusta interactuar entre ellos, si no podemos darles a otro igual, la creación de un bot que resuelva sus dudas, no hará otra cosa más que se sientan cómodos, que consigan más cosas haciendo menos. Un búsqueda mediante chatbot que resuelva nuestras dudas si tener que ir buscando nosotros el problema en el buscador tradicional, conseguirá (siempre que la experiencia de usuario con el bot sea satisfactoria) que nuestro usuario particular se encuentre cómodo y vuelva.
Para que nuestro secretario digital particular funcione correctamente, tenemos que crear una personalidad férrea que logre evolucionar (siempre con sus límites tecnológicos claro). Lo primero que tenemos que hacer es darle el «puesto» indicado a nuestro bot, así como, concederle una serie de preguntas directas y concisas que respondan las preguntas pertinentes del usuario. Si le damos la posibilidad de que pregunte de forma abierta y ambigua, el usuario podrá tomar vía libre para preguntarle de la forma que quiera y nunca llegar al punto final.
En la conversación que hayamos creado para nuestro asistente debería ir incluido una estrategia de contenidos. Esto es lo que se incluirá en la conversación y no podemos poner cualquier pregunta cuando ya hemos desarrollado un puesto para nuestro bot. Por supuesto el coloquialismo queda tajantemente eliminado y tendremos que hacer uso de todos nuestros conocimientos lingüísticos para incluirlos en el bot y que este tenga un lengua eficaz, potente, variado y con la posibilidad de que aprenda a menuda que hable con su interlocutor.
Aparte de facilitar la vida y la experiencia a nuestro cliente, los bots no sólo nos beneficia indirectamente con todo lo antes expuesto, si no, que podemos utilizarlo como agentes de publicidad. ¿Qué quiere decir esto? Que por ejemplo (y como podemos ver en Facebook MSN) podremos enviar publicidad y toda clase de reclamo según la forma que tiene cada usuario de labrarse un camino en el entorno de la web. Aunque esto último es una arma de doble filo, debemos ser cautos a la hora de utilizar un bot con fines publicitarios, tendremos que ser habilidosos a la hora de crear contenido que atraiga al usuario y no ser constantes con el aluvión del temido y odiado spam.
Un agente tiene que sumar, no restar y si la experiencia con él no es buena tendremos que cambiar de estrategia. En el marketing que labremos en nuestra empresa, el bot puede ser una herramienta muy importante que nos facilite la vida a todos y más viendo el camino que está tomando la sociedad.
Si sabemos jugar bien las cartas que tenemos en nuestro poder, podemos hacernos con el caballo ganador.
